Marejada

Este tiempo, aguas que brotan con fundamento y muchos supuestos, un puerto en donde he elegido no embarcar por un largo periodo, una ruta en sentido opuesto, todo, una marejada que desea impulsar al corazón hacia la orilla, vientos que fuertemente giran alrededor de la tormenta.

El avance de esta marejada que se combina con las mareas ya existentes de recuerdos, sensaciones, deseos y ese arraigo de libertad, todo, crea la marea de tormenta del huracán.

Estas olas empujadas por el viento, una marejada que fluye para mostrarme que aun deseo quedarme en el puerto cobijada en el bienestar de los brazos ya acostumbrados a tenerme, esta marea de tormenta.

Tremendo clima que hace jugarretas, yo navegando sin retrovisor, remando en contra del corazón y tú, tormenta haciéndome retroceder.

Marejada de sentimientos, sensaciones, de recuerdos... todo confluye haciendo de mí una embarcación que le esta costando a pesar de lo aprendido embarcarse.

Querer sin anclas difícil caso, irse en el momento exacto antes de hundir el barco, doloroso.

Demasiado cambio en el clima, por mi parte ha pesar de que la ola me empuje queriendo orillarme a permanecer a su lado, mi instinto afirma que es la hora de zarpar.

Un mar de llanto está quedando a mis espaldas al dejar lo que acostumbraba, al pensar en que no buscaré lo que allá, sé encontraré, un mar de posibilidades frente a mí y junto a él, otros mares diversos, por eso, por ello, ¿para qué dejarme arrastrar hacia la costa?

Aunque duela, aunque cueste, mejor sigamos el viaje.

Esta marejada, la tormenta, todo pasará, sería un naufragio quedarse a esperar un mal final.

Así que tormenta y marejada, jueguen este día conmigo y tal vez los subsecuentes, pero no por ello retardaré mas mi navegar, conmigo le llevo, consigo algo he dejado guardado.

En una marejada y yo en medio de ella, así es como me siento hoy. Navegar en contra de la corriente, seguir...todo se torna tormentoso.

Pero no soy de las que esperan un naufragio doloso, mejor un paréntesis doloroso.

Vos en costa, marejada en el ambiente, yo navegando sin retrovisor...

Ese es el panorama, un mar de llanto detrás al dejarte, una marejada recordándome lo que abandono y un mar de posibilidades al frente.

Todo pasará, el tiempo dirigirá el timón.

Hasta entonces, mi lugar no será esté y tu no serás más mi visita.

Concluyo: Duele la partida.