invisible hit counter Mente d un corazón descrita c/un alfabeto humano: junio 2009

junio 24, 2009

lectura



Las innumerables cosas, las incontables veces que a tu lado he pasado y el sueño de sentarme a leerte mientras el horizonte olía solo a nuestros ojos encontrando mas pupilas que los fonemas.

Encontré la banca donde leerte las innumerables charlas que de fabulas parecieran distinguirse del resto de la jungla, me situe en ese sitio justo a tu lado donde lo que ha pasado no importa por el sueño de sentarme a leerte los ojos mientras tus pupilas abrazan la calma, y sentir que el horizonte esta por debajo de las estrellas que alcanzas con los dedos y que aquellas sonrisas son el vocabulario de las andanzas que por fin encuentran descanso.

Pense en citarte bajo la sombra de aquel tulipan gigante mientras las gotas se acumulaban para formar esculturas gigantes de lo intangible que son las ideas, pero fue mejor hallar un pedazo de tí donde recostarme a leerte los dedos que no hacen mas que contarme los incontables momentos que pasaremos juntos.

Encontré el lugar para volar y tu me encontraste el sitio perfecto para descansar, sentada en una banca mirándote el corazón que esta listo para escribir su historia.

No se explicarte, pero encontré nuestra banca y la hora precisa para abrazarte sin pensar en la lluvia o el paso de las estaciones, disfruté no tener que explicar el movimiento de mis pupilas mientras observaba los sentidos cruzar las calles sin meditar su desembocadura.

Es la primera vez que estoy en esta banca justo antes de que oscurescan las voces, encontré nuestro sitio, bienvenido.

junio 02, 2009



"Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo..."


Y después de recordar esto no pude mas que dejar que el vino mojara mis dedos.


Y después de recordar esto no pude más que dejar que el vino mojara mis dedos.


Era tiempo de rendir declaración a aquellos impuestos que los besos le habían dejado, cobrarle cuentas a la arquitectura incansable e insostenible de un adeudo en el que la riqueza significabas que el olvido de aquellas cuentas que se dejaban caer sobre la seda.

Y era momento de incansable permitirle al tiempo correr a sus anchas y ensordecerse entre la deformidad que las siluetas formaban entre sus dedos.

Amor desnudo, sin la sonrisa vestida, con el alma descubierta, sin los tatuajes que esconde el andar a oscuras.

Era tiempo de rendir la declaración de las acciones que sin consecuencia busca le cobren con intereses, significaba ser rico más que afortunado, simplificaba en un parpadeo dejar de ser números que se cuentan en el calendario.

Y era momento de permitirle al viento correr entre las estrechas paredes que divide el pecho, entre deformación de recuerdos que formaban lazos que se disuelven con el paso de los dedos extraños.

Amor desnudo, puro, sin vestir la sonrisa que el alma oculta, sin el tatuaje que funde una etapa en la escalera.

A oscuras con la luz de la declaración profunda de un amor impostergable.

junio 01, 2009

Acantilado


No te quiero conmigo, contra ni encima, no te quiero debajo de aquello que se endulza de olvido ni te quiero por encima de la contra que persigue.

No te quiero en mi vida esa que desciende de un beso ni te quiero en la parada del amanecer a ojos de pastor adulterado, sonrisa fija en aquello que llama cielo.

No te quiero se dijo, no te quiero conmigo, ni encima ni contra de esa pared de ecos que emborrachan las notas, no te quiero debajo de las sabanas donde se pierden los sonetos.

No te quiero en la vida del beso que despierta ni te quiero en la parada del atardecer poético, no te quiero en el instante de apellido paraíso ni te quiero conmigo para enumerar los sueños.

No te quiero conmigo destierro que abruma entre el vacío irremediable de un corazón inundado de gozo.

No te quiero debajo, detras o encima del abrazo que embeleza en pequeñas gotas de olvido.

No te quiero conmigo para en mi contra viajar contigo, no te quiero a mi lado para despedirme a diario, para subordinar el pensamiento y dedicarte a tí la mañana tardía.

No te quiero en la vida del beso que deseo ni te quiero en la rima del momento bastardo que prefiere su libertad a la atadura de una noche con nombre propio.

No te quiero a mis pies ni a mi lado ni detras, no te quiero conmigo ni en mi vida, se dijo.

A pie de acantilado no te quiero se dijo, y desdiciéndose brinco al acantilado.

- - -

Olvido que escribo cuando te toco y cuando tocas en mí eso que yo creí perdido, olvido que escribo cuando te toco y en mí tocas eso que perdía justo al involucrar el pensamiento.

Olvidaba que escribía cuando te tocaba y cuando tocaste en mí eso que perdidamente solía subordinarme ante el atardecer enamorado de unos ojos bestías.

Había olvidado que escribo, había olvidado lo que era no desear en la vida el discurso de miel errónea, había olvidado lo que es dejarse tocar con el alma y no desde ella, había olvidado perderme sin temor a involucrarme, lo había olvidado.

Olvidaba decir que escribo, olvidaba contarte que escribo y describo justo cuando miro el techo de la frente que en la mente hace muralla de un paraíso perdido.


Había olvidado lo que es esfumarse del mundo y el tiempo cuando el corazón te toca y desmembra de tí la esencia.

Olvidaba contar que escribo, pero es que escribo con la médula y que cuando destilan las letras no es en pro sino la contra de aquello que a veces parece tener vida.

Había olvidado que escribo en acantilado mirando a veces la espalda del atardecer, esperando la mañana del sueño que ensordece, dejándome llevar por el murmullo ardiente del pasado que llega retrasado.

Había olvidado lo que es permitirle alguien tocarte por debajo sin que enmedio exista el adjetivo difuso entre tejido de deseo y sexo.

Y olvidaba olvidarme entre la caricia profunda.

Había olvidado el acantilado en el que saltan las estrellas, en ese que permanece repleto de poesía inconclusa.

Había olvidado escribir con los pies flotando entre el viento que sabe bien trae de pasajero aquello que no se quizo, entre la lluvia que se encapsula en brisa de promesas.

Había olvidado no querer mas que la profunda caricia de un corazón distinto, pequeño y esperando ver mañana.

no te quiero en mi vida, vida de medias líneas, agenda de números en clave y redes que suponen ser sociales por eso de mi vida y en ella no quiero piezas sino seres completos.