Hoja, hojas de primavera, puntadas deshilando el posesivo del mío, disueltos los caminos que mapean los troncos y las raíces que de invierno se cubrieron del frío hoy verano florecen extendidas.

Hojas, hoja de sol que hila el amanecer de tus ojos y los míos, hojas que disuelven los caminos que pensaron alguna vez mapear la luz que susurraba la noche.

Ojos que deshojan mi pensamiento abrumado, hojas que escriben finales que buscan principio, inicios que semilla encuentran entre tus ojos y los míos.

Mío el ajeno posesivo que desconozco en el segundo en que tus ojos se volcaron en eso que llamaba propio.

Propiedad de cielo que colorea las hojas de amaranto que sonríe en madejas de pequeñas cosas que se reconocen como nuevas.

Novedad la posesión de saberse desposeída definida en la palabra que no articula fonemas, figuras de papel que vuelan entre los dedos, mío el segundo que momentáneamente disminuye el correr que llamé alguna vez tiempo.

Ojos en la hoja de papel que deseaba definirme en tí, en mí tus ojos, yo completamente en ti.