Soltar amarras...

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez el filo de la ventana dejaría entrar el arcoiris que tras el cristal se observa.

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez las manos se soltarían mas fácil y el soltar amarras de un corazón sería la mejor forma a veces de demostrarle a alguien nuestro arraigo.

Si amáramos como decímos, si como decimos amar amáramos tal vez el frío de invierno no pegaría con inestabilidad a nuestro presente y ese eco del recuerdo no lastimaría nuestros ojos al ver una fotografía en donde no figuramos.

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez no despertaríamos esperando un beso por respuesta sino que el contemplar de un sueño nos bastaría para llenar nuestros pulmones de alegría.

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez nuestros sentidos no correrían al contrario de las agujas del reloj y esos terrones que acumulamos en razones se dejarían querer por el simple hecho de existir.

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez la orilla del precipicio no nos causaría conflicto, si amáramos como decimos y como decimos amar amáramos el protagonismo no buscaría espectacular y los árboles no se llenarían de letreros que al final astillas marcan en el pecho.

Si amáramos como decímos, si como decímos amar amáramos tal vez yo no escribiría con tanta tristeza a veces y sería continuamente feliz de haber alcanzado el sentimiento sin temor a perderlo en unos ojos.

Si amáramos como decímos las promesas no necesitarían argumentos, si como decímos amar amáramos tal vez los escondites no existirían y podríamos sobrellevar todo momento con la valentía de haber hecho lo sentimentalmente correcto.

Si amáramos como decímos miles de lagrimas no buscarían mares y los mares no encontrarian un triangulo donde perder los recuerdos.

Si como decímos amar amáramos los dedos no buscarían el consuelo de una vela prendida y la flama de la esperanza dejaría de ser falsa esperanza.

Si como decímos amar amáramos soltaríamos amarras, viviríamos el momento sin pensar en el futuro ni fundamentar nuestra felicidad en el mañana, si amáramos como decimos el sexo siempre tendría un sentimiento y el sentimiento no buscaría aliados sino constelaciones para no perder el cielo de posibilidades.

Si amáramos como decímos y como decímos amar amáramos, las frases no venderían conceptos y serían las acciones las que nos hicieran creer.

Si amáramos como decímos las amarras no se mencionarían y seríamos libres como el poeta afirma, si como decímos amar amáramos las rimas formarían siluetas.

Si amáramos como decímos y como decímos amar amáramos el corazón no necesitaría una mente y sería su propio alfabeta reinventándose cada día y moriría por una sonrisa.

Si amáramos como decímos las auroras parecerían conocidas y los anocheceres solo serían el principio de un encuentro.

Si como decimos amar amáramos yo soltaría amarras...

No conozco su color favorito mas se de la gama que proyectan sus sueños, no conozco la tradición que sigue al capturar su mañana pero se la esencia que atrapa para mantener un amanecer con alegría.

No conozco el color que le distingue pero se lo que su corazón habla, no conozco la proyección de toda su historia pero conocí el punto de partida que unos ojos sinceros.

No conozco el color que le sienta cuando la faceta cambia de clima, pero he visto tras la rendija el papiro que describe su singular forma de vida.

No conozco el atardecer que pícaramente vive a pies sueltos pero he visto al sol fijándose en los pasos que ha de dar.

Y no conozco su color que favorito le sienta al permanecer, pero se que color ilumina cuando ella se comparte.

Y no conozco mucho pero me ha hecho escribirle, y mis dedos sin parar vienen a desearle suerte a alguien que con éxito trasciende.

Y que el contorno que su arte desnuda y el ángulo que su corazón sigue le mantenga con una paleta de colores peculiares, sencillos y únicos.

Que la vibra que de naturaleza sin miedo deja que le abracen y conquisten por los sentidos y que el tacto permanezca brindándole la mano que amiga le pueda abrazar el alma.

No conozco las facetas de su sonrisa pero he sentido como tiene la peculiaridad de tocar fibras, tal vez por eso es que hoy me encuentro escribiéndole, deseando que la razón que origina un abrazo genere el aplauso que su trabajo merece.

Y no conozco lo invisible que su caja de sorpresas resguarda, pero se que las sorpresas hacen risueña su alma.

Por eso vine a dejar el primer grano de mostaza a la montaña de júbilo y felicitaciones, por eso vine con la catarina que libre permanece, perteneciéndose a sí misma, volando su mente y permaneciendo con el color vivo.

Vine a brindarte el primer aplauso, a regalarte un amuleto mas.

Suerte, que el éxito ya lo tienes.

si pienso demasiado

Si pienso demasiado esas palabras no continuan y esa grieta hace visible el paso del tiempo, erosión que no permite mantenerse demasiado tiempo en el mismo sitio, líneas que marcan el paso invisible de un corazón que no piensa demasiado en las palabras que le describen.

Si pienso demasiado esas palabras continuan acumulando sinónimos y esa ruta que hace visible el transcurrir de los pies hace que una montaña de sal sea visible, demasiado tiempo para estar en un mismo sitio, líneas que marcan en palabras aquello que a veces no se describe.

Y se divide el corazón de esa mente y un matiz comienza a ser tangible, un cambio, una grieta, un papiro con voz silenciada gritando el deseo de ser mas que un escondite.

Si pienso demasiado esas palabras no permiten ser alas, si acumulo los sinónimos para definir mi estado sedentario no podría mantenerme a pie, es por eso que cambio el tiempo y juego con la forma de observarlo.

Si pienso demasiado esas palabras no permiten que mis pies abandonen la tierra, si mantengo mis palabras en la boca mi saliva no permite que mi corazón pueda besarte los ojos y esa grieta que la erosion del paso del tiempo hace maduro mi dedo índice recuerda que no hay mas camino que el pensamiento frágil y cotidiano.

Si pienso demasiado las palabras no dejan que mi mente se vuele, si pienso demasiado me vuelvo un demonio que busca escapar siempre del dolor que el fuego vulnerable realiza en la naturaleza puramente sencilla, si pienso demasiado soy una terrible amante en brazos de una poetiza que no para de ser irreal.

Si pienso demasiado eres una tortura y mi corazón exclavo del castigo de permanecer amando estar a tu lado. Si pienso demasiado soy el demonio que quiere reincidir en la escapatoria.

Si pienso demasiado el amor es un concepto conocido y tan profundo que el explorar no contendría un rostro.

Si pienso demasiado no perdonaría la cama que calor de otra persona ha tenido, si pienso demasiado no soltaría tu mano y si pensara demasiado sería una humana y no la hoja que sabe soltarse al llegar el otoño.

Si pensara demasiado no sería el espíritu inocente que se enamora de tí cada mañana y te duerme entre el hogar de su pecho, si pensara demasiado estarías fuera de mi vida pues sabría que podría hacerte daño.

Si pensara demasiado el demonio que vive en mí siempre dominaria mi corazón y esa razón solo se mantendría al límite de todo aquello que llamo ilusión.

Si pensara demasiado el margen de error se convertiría en cero y mi nada sería mi todo y tu todo sería yo.

Si pensara demasiado no estaría junto a tí quedándome sedentaria y a veces tal vez parecería una extraña que piensa cada día en como reinventarse a tus deseos y semejanza, si pensara demasiado no sería yo quien te besara.

Si pensara demasiado no escribiría, me limitaría a que leyeras mi mente.

Si pensara demasiado sería un humano, prefiero ser un corazón con mente.

Si pienso demasiado digo mucho pero contiene poco mi mensaje.

Si pienso demasiado te beso la sombra, por eso me dejo ir, por eso te amo.

...

Y no me pertenece el tiempo que dure sino el momento que me permanezca tatuado en el pecho, no me pertenece el paso del tiempo pero si la huella que deje mientras el momento pasa, no me pertenece el tiempo que dure sino la magnitud que significa.

No me pertenecen los soles sino la luz que irradia en mis pupilas, no me pertenecen sus sueños mas si aquellas ilusiones que se mantienen en la almohada al contemplar su cabello.

No me pertenece me repito mientras un beso sella el momento, no me pertenece el tiempo que el nosotros dure sino la permanencia de aquello que pudo tener cabida cuando el tiempo no daba para esperanza.

No me pertenecen sus pasos, me pertenece el camino que he decidido seguir a su lado, no me pertenece, me repito mientras un beso me recuerda el porque mi maleta no cruza la puerta.

No me pertenece el nosotros que en un verbo conjugado insisten en la conjugación de mas de un sentimiento, no me pertenece el nosotros, me pertenece el respirar de la realidad, me permanece el latir, la compenetración, me pertenece este pestañeo de aquello que deseas y no sabes si es verdad.

No me pertenece, no me pertenezco a veces lo pienso, pero al despertar lo único que se es que no me pertenece el tiempo, me pertenece el momento y disfrutaré de ello.