naranja dulce, cítrica y compartida

Eres natural, no te exprimo y sin embargo tu jugo ha saciado una sed que no sabía que existía, con aroma cítrico y una cáscara gruesa a simple vista pero que yo sin necesidad de pelar he aprendido a querer y conocer en estructura y fragilidad.

Eres tan natural que tu aroma me comparte frescura, y no me hace mella el proceso que te antecede, ni las razones por las que caíste del árbol, yo te quiero por tu naturaleza y por la forma que te conforma en el presente.

Y te quiero al natural con tu brillo, tu sabor, con tu cáscara y zumo, con tu acidez y tu dulzura, con tú yo y tu otro más que te ronda en ocasiones.

Eres tan natural y te compartes dejando al descubierto tus mitades, esos huesos que te sostienen y la semilla que dejas brotar, ese manjar de virtudes que van de la mano de lo imperfecto de lo humano que hacen válido el luchar contra una corriente de electrones.

Amargos algunos campos y efímera a veces la tierra en la que estamos parados, dulces algunos cielos y sombría la huella que a veces deja la lluvia.

Que natural eres y no es que yo busque en ti mi media naranja, pero eres un fruto delicioso que me hace feliz cuando se comparte y cuando exprime de sí todo su yo para saciar la sed y necesidades de su derredor, tan natural y de naturaleza interesante...

Tan naturalmente rico en virtudes y humano en debilidades.

A la mitad y en medio de tus mitades me permites estar y acogida, afortunada y envidiada por la humanidad me siento, la visión que tengo de tu fruto, estructura y cáscara hace que yo no pierda esperanza en que allá afuera hay corazones ricos y valiosos que no temen exprimirse aunque con ello se les fuere la vida.

Tú te arriesgas a caerte del árbol, te desprendes de tus semillas para sembrar algo imborrable a tu paso, te compartes y compartido te repartes, eres demasiada naturaleza y naturalmente demasiado para quienes no saben disfrutar sino solo saben de saciar su hambre.

Y eres hombre, de naturaleza al natural que me hace creer y vislumbrar lo afortunada que soy al tenerte conmigo, al yo tener el lugar en medio de tus mitades y tener la visión de tu corazón con sabor a fruta, ver el fruto de tus sueños y sentir el aroma de tu esencia...

Eres un hombre de naturaleza valiosa que valoro por más allá de su valía visible, te quiero con tu cáscara, gajos y semillas, te quiero por tu historia, por tu presente y por tu nómada forma de vida.

Si tu media naranja existe seguramente te buscará aquí o en medio del mar, si tu media naranja observa lo que yo, seguramente te encontrará y no parará hasta ir y venir contigo, si tu media naranja vive no dudes que te llegará.

Eres un hombre al natural al que quiero en exterior e interior, internamente viajas conmigo y externamente te llevo tatuado.

Si el jugo que soy llega a saciar un poco tu sed no dudes en tomarme cuantas veces quieras que tú eres semilla de frutos gratos en momentos y textura, eres el fruto de sinceridad y jugo de amistad plena.

Eres natural y tu naturaleza me llena.

Gracias por demasiado, pero aún más gracias por mostrarme tu conjunto, tus mitades, tus gajos, tu cáscara y por encima de ello el enorme corazón que vive en ti.

Brújula* te quiero. Una vez más no solo a la mitad te dejas ver; una porción de cada una de tus mitades se añade a mí, eres un hombre excepcional. Construye donde quieras, que donde yo construya y donde habite tu tienes un lugar apartado y seguro donde poder llegar y caer cuando y cuantas veces quieras.