Ha cruzado ya la línea esa que estaba abarrotada por la ropa, había dado ya un paso cuando en sudor refrescaba el deseo, había quitado ya su nombre y solo quedaba lo que en esencia existía.

Ha cruzado ya esa línea que afianzada estaba a su tacto, hoy es caricia que ha abierto paso en sudor y humedad refresca el deseo, se ha quitado el nombre solo quedando su esencia.

Ha cruzado la línea que dividía a la humana de la idea y hoy vertida entre viento y marea deja sonreir al rocío con aroma de amante.

Y los dedos no cruza porque no ha pedido deseo, mas el deseo le encuentra y las piernas se cruzan al compas del acento que entre besos y formas terminan en complicidad con tu sexo.

Sin fronteras entre ellos, suyas las líneas y los sonetos, el alfabeto de la piel que en sudor respira cruza la línea para detener el camino.

Sigue siendo él que de pertenencia no sabe, y sigo siendo yo que no sabe como no pertenecerle.

Las líneas siguen los cuerpos que se unen sin baches, siguen siendo ellos y ella desnuda y sin nombre termina siendo amante de su historia en forma de hombre.

Confabulando la noche entre mieles y cariño me reitero fiel amante de mi historia desvestida de recuerdos, cómplice de mi deseo despierto desnuda con olor a sexo.


Me gusta oler a tí tanto como saberme en pertenencia a alguien mas que a mí, no se aún detenerme y hacer frontera entre tu abrazo y el beso que me apasiona, aprisiono el correr y quedo exclava del momento.

Me gusta acariciarte y sentirte solo tú, sin fragilidad de por medio y con la piel vulnerable al fuego, con verdad en los ojos y entre los dedos mas que humanidad.

Me gustan los reencuentros que saben a despedida y aquellos que solo vienen para recordar que no son bienvenida, me gusta sentir, me agrada sentirte, me gusto mucho sintiendome así, y entre aromas despierto, despierto desnuda con sabor a tí.